domingo, 31 de enero de 2010

la super-regañona sobre ruedas


Erase una vez una joven tranquila que vivía en una ciudad soleada donde todos los días los pajaritos cantaban y el olor a hierba fresca llenaba el aire... hasta que un día decidió plantarle cara a un enemigo del pasado, un miedo insuperado de la infancia y se montó, tras 22 años, en su primera bicicleta.
Algo en su vida cambió, los pajaros menguaron y se metieron en una pequeña campanita acoplada al manillar de su bicicleta y ya no cantaban, rugían feroces canciones de reclamación territorial: "es mi carril, APARTA!!!".
Aquella pequeña niña seguía su vida tranquila, o al menos aparentemente, aunque sufría extraños dolores de cabeza al final del día, pequeños lapsus de memoria, que coincidían con los momentos en los que subía a su angelical bicicleta celeste para desplazarse por su ciudad de colores. Lo que nunca podría sospechar es su desdoble de personalidad, el alter-ego que convivía con ella. En su ciudad la conocían popularmente como la super-regañona sobre ruedas...

domingo, 10 de enero de 2010

amor adolescente



ES ESE ABRAZO QUE NO ACABA NUNCA
QUE HACE LAS DESPEDIDAS CASI ETERNAS
ES ESE DUENDE QUE TE ROBA EL SUEÑO
Y TE LLEVA DEL BRAZO A LAS ESTRELLAS
(Perales)

Hoy, después de más de diez años, de una manera totalmente casual, he visto a mi primer amor :) . No se trata de la primera vez que me gustaba algún chico ni mi primer amor platónico, era la primera vez que dejaba a alguien ocupar el aire de mi espacio personal y mirarme de tan cerca que apenas lograba ver más que la brillante luz de sus ojos envuelta por la niebla en que se convertía su rostro por la falta de nitidez. Es esa persona que te acelera el corazón desde el mismo momento en que sabes que apenas en unas horas podrás verlo y sentir que su cuerpo late al unísono del tuyo, la primera vez que sientes y bebes con ansia esa droga, esa magia llamada química, son las primeras letras de un poema cuando crees que el amor te hará grande o acabará destruyéndote, cuando aún sin haber rozado más que sus manos sientes que todo tu cuerpo tiembla y respira porque él existe. Hoy he vuelto a tener 15 años y he vuelto a recordar este amor adolescente.
No he osado acercarme a él, quizás porque la niña de 15 años que me habitaba estaba tan colorada y temblona que temía no sacar un hilo de voz para saludarlo, o quizás porque la mujer que hoy soy no quisiera beber un trago de realidad y prefería disfrutar durante algunos segundos más la embriazguez de ese recuerdo tan vivo por un momento, apenas un parpadeo. No me importaba que no se acordara de mí, no anhelaba un reencuentro de cuento de hadas, sólo quise soñar un ratito más ese sueño y volver a saborear el éxtasis, retener el efecto de esa droga para luego despertar con una dulce sonrisa.

El síndrome de diógenes (dedicado a Dan Fus Fus)

El síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que normalmente afecta a personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el total abandono personal y social y por el aislamiento voluntario en el propio hogar, acompañados en muchos casos de la acumulación de grandes cantidades de dinero o de desperdicios
domésticos.

¿Quién puede considerarse libre del síndrome de diógenes en un sentido más global? Considerémoslo desde otra perspectiva, hagamos una pequeña abstracción: ¿quién no ha guardado alguna vez junto a él cosas, personas, relaciones que no son más que los despedicios de lo que un día fue una linda flor en nuestro hogar, o un fuego llameante en la chimenea, ahora que sólo quedan cenizas o los pétalos muertos y secos esparcidos por el suelo con el resto de la porquería? ¿Quién no ha preferido permanecer encerrado en esa realidad cotidiana, en ese entorno que aún oliendo a podrido conforman un contexto seguro, conocido? ¿Quién es tan valiente de sacar la basura cada día de su vida, de analizar, buscar y deshechar todo aquello que sólo permanece por costumbre, todo el sin sentido que conforman cuadros en nuestra pared aunque ya no nos guste mirarlos? ¿Quién escapa al enorme lazo que enreda alrededor de nuestra cintura el tiempo, quién es capaz de romper la inercia y salir de la rueda puesta en la jaula que colocamos sobre nuestras cabezas un día con una gran sonrisa en los labios?...

No hay nada que temer porque el ganso está fuera (referencia al original libro de Osho), la jaula la crea nuestra imaginación (escogida con esmero y a veces demandada o anhelada con desesperación).

jueves, 7 de enero de 2010

Carne de vampiro. (2001)


¿Es infinita la oscuridad?
al menos tanto como el miedo
o la soledad o la noche infinita
hasta que llega el alba.

Hoy nazco de nuevo con el sol
entre la infinidad de la noche,
del miedo, la oscuridad, la soledad.
Hoy el miedo es mi mejor arma,
con miedo puedo matar los deseos, las ganas;
en soledad, puedo temblar cuanto quiera
porque en mi rincón oscuro existe la eternidad.


¿Hay más infinito que el vacío?
en la nada, dueña de todas las cosas,
en el vacío, respirando inmortalidad.

Sed de muerte infinita golpeando al vacío,
rasgando la noche, acabando con la soledad.
Copa de sangre rebosante empapando mis labios,
hoy soy vampiro de mis miedos, de mi vacío,
hoy mato la oscuridad
dejando tan solo
polvo en el alba.