martes, 30 de noviembre de 2010

27 amaneceres (parte I)

Yo nací a las 8 de la mañana de un ... no sé qué día nací exactamente, de 1983(mi padre decidió que fue el día 1 de Diciembre porque nací uno o dos días antes y como mis dos hermanos nacieron un día 1, así era todo más sencillo).
- 1.Este es el primer amanecer que rescato, ya que para mí la historia empieza este día, el resto es pre-histórico, todo ser o acontecimiento anterior a mí se escribe con pezuña de dinosaurio... No solo elijo este primer amanecer desde un punto de vista absolutamente aliciocéntrico, sino porque llegué haciendo ruido, a mi pobre madre la tuvieron que atar antes de dar a luz y más que a luz dio a una oscuridad algo amarronada, vine con mi caquita ya hecha de regalo! Narraciones escatológicas aparte, tuvo que ser precioso sentir la calor del pecho de mi madre y mi peso aligerándose en brazos de mi padre que me elevarían a todo lo largo de aquella grúa que tantas veces me subiría al cielo, (hasta caerme una vez con unos 5 años de cabeza contra el suelo ¡BOOM! aunque él siempre lo negará)
No puedo ir por orden cronológico, ni siquiera sé si llegaré a 27 pero ahí van, no es tan fácil...
- 2.Recuerdo claramente, con todos mis sentidos además, el primer amanecer al lado de la persona que más he amado, un 25 de Octubre, no recuerdo demasiado bien el año. El sol reflejado en sus ojos que a la vez encendían los míos y esa primera sonrisa estrenando la mañana...
- 3.Otro amanecer inolvidable fue en Agosto de 2008 (creo, qué mala soy para las fechas, será la edad...)en Almería, en la playa de las Negras. Tras un concierto de Muchachito Bombo Infierno en la orilla, dormimos en sacos de dormir bajo las sombrillas que nos resguardaban de los rayos de luz de luna. Mientras nosotras habíamos decidido cerrar el día, el chiringuito de al lado acababa de despertar con la alegría de los pies peinando la arena al son de la música. Para nosotras sirvió de nana, y mecimos en el mar nuestros sueños. Cuando yo despertaba con los primeros rayos de luz que se filtraban entre las sombrillas, el chiringuito hacía rodar la última pista antes de dormir arropado por el sol, sonaba entonces "imagine" de John Lennon.
- 4.Otro de los días más memorables, amanece tarde, quizás estaba enferma o quizás era un día de fiesta. Tenía unos 13 años, abro la puerta de mi casa y tras ella mi madre riendo a mandíbula batiente con un violoncello colgando de la espalda,... cómo me falta tu risa...
- 5 y 6.Cualquier domingo por la mañana, empezaba con sus pasos por la escalera hacia la primera azotea tras la ventana de mi cuarto, un dulce olor a café recién hecho y a crujiente pan tostado (siguen siendo mis olores favoritos). De mayor, el café se hacía esperar mientras tanto, cuando la casa dormía, mamá y yo en la cocina abriendo el día, llenándolo de confidencias.
- 7.Hace dos veranos amanecí en una tienda de campaña en una isla bretona en medio del Atlántico con una lluvia tronadora, disfrutando un verano diferente con impermeable y botas de agua!

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Primera página de "Cádiz"

De brisa de mar y blanca arena traigo la boca árida y jadeante, de sed y deseo repleta…

Esta historia bien merece empezar por “había una vez…” pero no es un cuento de hadas, es más bien el relato de vidas cruzadas, instantes compartidos, silencios infinitos y conversaciones colgadas en el viento. Y risas, muchas risas (de felicidad, de nervios, de embriaguez, de locura...)
El viaje comienza antes de echar a rodar por el asfalto, empieza con una coincidencia, con una voz al teléfono, buenas vibraciones en el encuentro y una convivencia fortuita, con sus encuentros y desencuentros y el brote de una amistad movida a crecer al ritmo de la música y bailes cómplices. Tras el prólogo, las siguientes líneas necesitaban caer en papel y la vuelta de Isis a Sevilla cargó de tinta la pluma.
Sábado 14 de Agosto, de buena mañana, como estaba previsto, camino a Matalascañas (primer cambio de planes, sólo será por un día y no voy sola, me acompaña Isis). Premio: buen día de playa, paseo tranquilo, una puesta de sol clara con brillo de espejo en el mar y reflejada en los charcos, y barbacoa en el césped con amigos, familia y desconocidos. E Isis, integrada ya en mi familia. Una breve mañana de domingo, un buen repostaje para el estómago una vez más en el almuerzo y rumbo de nuevo a Sevilla, estación de paso obligada en este mes de Agosto.
La noche comienza a hurtadillas en la azotea de mi piso con una botella de tinto, muchos brindis por hacer y mucho vino para bañar por dentro, el cuerpo que sería conquistado por entero por el mar, unos días más tarde.

Te alquilo mi amor esta noche...

Esta noche soy tuya, te amaré y te miraré como si no hubiese habido nunca otro hombre en mi cama. Los dos sabemos que somos protagonistas de una novela corta pero podemos querernos esta noche, infinita en nuestro abrazo. No quiero sólo un rato de placer, no quiero que me subas y me dejes caer a solas con mi almohada mientras encajas sin hacer ruido la puerta de mi cuarto. Quiero mojarme en tu boca, perderme en tu cuerpo, saberme deseada, ver mi sonrisa reflejada en tu mirada tierna. Quiero que te enganches a mí, que sienta que no querrías estar en ningún otro lugar ahora, que pararías los relojes a mi lado, aunque solo sea esta noche... Te alquilo mi amor esta noche, y quién sabe mañana si podré reconocerte, el ticket era de ida y vuelta y no recuerdo donde queda la estación de tu anhelo. Puedes poseerme, susurrarme, besarme y consumirme en tu abrazo, sin preguntas incómodas, yo te seguiré queriendo esta noche como si el tiempo hubiese empezado hoy y no existiese más verdades que tu cuerpo, mi cuerpo y la entrega.